ESQUILO
Natural de Eleusis, de familia aristocrática, su vida transcurrió entre el 525/24 y el 456/55 a. C. Aunque se conocen unos 80 títulos suyos (agrupadas en tetralogías), sólo nos han llegado completas siete obras: Las Suplicantes, Los Persas, Prometeo encadenado, Los siete contra Tebas y la trilogía conocida como la Orestiada, integrada a su vez por Agamenón, Las Coéforas y las Euménides.
Esquilo ha sido considerado el creador de la tragedia, no en sentido arqueológico, pues tuvo predecesores, sino en sentido literario.
En cuanto a los rasgos de su teatro, podemos destacar los siguientes:
a) Aumentó el número de actores de uno a dos, con lo que hizo posible el diálogo y la verdadera acción dramática.
b) El elemento fundamental de sus obras es el coro que viene a ocupar casi la mitad de cada una de sus obras.
c) Utilizó en sus obras una especie de maquinaria teatral que permitía una puesta en escena espectacular, por ejemplo, que el dios Hermes apareciera volando.
Descubrimos por primera vez en Esquilo ( no sabemos si es innovación suya o lo toma de sus predecesores del género) que distribuye la materia del mito heroico en tres partes, y sobre ellas escribe tres tragedias que tratan los tres momentos claves que el autor ha señalado en su materia; acaba con un drama satírico, que es una pieza más desligada y con ribetes grotescos, destinados a descargar el ambiente de la terrible tensión anterior.
En cuanto a los temas la innovación de Esquilo consiste en que convierte los mitos y leyendas locales de Grecia en expresiones dramatizadas de los problemas universales del hombre: su relación con la divinidad, su destino, el problema del mal, la herencia de la culpa, el problema de la justicia en su más amplia acepción, el orden que rige el universo... Se le ha llamado por esto «poeta de las ideas», ya que en todas sus obras la anécdota de la trama está siempre subordinada al planteamiento y especulación en torno a uno de los problemas eternos de la vida del hombre.
Con la Orestíada, que constaba, como ya hemos dicho, de las tragedias Agamenón, Las Coéforas y Las Euménides, todas conservadas, seguida del drama satírico Proteo, que se ha perdido, obtuvo Esquilo la victoria en las Olimpíadas del año 458. Esta trilogía es sin duda la obra maestra de Esquilo, “el más grande logro de la mente humana”, al decir de muchos helenistas.
En la Orestiada se desarrolla el conocido mito de la muerte de Agamenón a manos de su esposa Clitemnestra y su amante Egisto; la posterior muerte de éstos por obra de su hijo Orestes y la huida de éste hasta Atenas perseguido por las Erinias, donde es perdonado de su acción tras refugiarse en el templo de Atenea. En cuanto al tema evidentemente Esquilo contaba con antecedentes que arrancaban de la propia épica homérica y cíclica. Sin embargo, Esquilo hace una recreación del antiguo tema en un grandioso planteamiento del problema de la eterna cadena de culpas y castigos, que resuelve de un modo muy personal en la última tragedia de la trilogía, donde Esquilo actuó con mucha más libertad que en las anteriores respecto a los elementos tradicionales.
Agamenón
Es la primera pieza de la Orestíada. Se abre con un prólogo grandioso y magnífico, lo que parece indicar que estaba destinado a servir de introducción a toda la trilogía. Este prólogo se inicia con la oposición tiniebla/ luz que dominará toda la trilogía. Las palabras del centinela infunden ya al espectador un innegable sentimiento de angustia.
Cuando los griegos iban a zarpar rumbo a Troya no podían por falta de vientos. El adivino Calcante declaró que no podrían navegar si no ofrecían en sacrificio a Ártemis a la más hermosa de las hijas de Agamenón, Ifigenia, pues la diosa estaba encolerizada con él porque habiendo alcanzado a un ciervo había dicho “ni Ártemis” y también porque Atreo no le había sacrificado la oveja de oro. Recibido este oráculo, Agamenón envió a Odiseo y Taltibio ante Clitemnestra, su esposa, para pedir a Ifigenia, con el pretexto de que la había prometido en matrimonio a Aquiles. Así Clitemnestra la dejó partir, y cuando Agamenón se disponía a degollarla sobre el altar, Ártemis, poniendo en su lugar una cierva, arrebató a Ifigenia y la consagró a su sacerdocio. Esto, que encendió en Clitemnestra un odio inextinguible contra Agamenón y la arrojó en brazos de Egisto, se recuerda en el párodos.
A la vuelta de la guerra de Troya, el rey Agamenón es asesinado por su esposa Clitemnestra, que alega como justificante la muerte de Ifigenia, secundada por su amante Egisto. La catástrofe final va precedida de una escena en la que Casandra, hija de Príamo ( legendario rey de Troya), que cautiva acompaña a Agamenón, se queda sola y recuerda la historia de los Atridas ( la familia de Agamenón ) y la cadena de horribles crímenes a la que va a añadirse uno más; Casandra, que sabe también su triste destino se dispone, serenamente, a enfrentarse a él.
Después, la muerte de Agamenón es vengada por su hijo Orestes que mata a Clitemnestra y a Egisto.
Otras de sus obras brevemente explicadas son:
La primera obra fechada se llamaba Los Persas (472 a. C.) y sabemos que formaba parte de una trilogía. Esta obra es casi la única de tema contemporáneo, ya que trata sobre la batalla de Salamina, no se exalta el triunfo de Atenas en la batalla, sino la soberbia (hybris) del rey persa Jerjes.
Las Suplicantes. Compuesta pocos anos después que Los Siete, es la primera de una trilogía que se ha perdido y desconocemos incluso el tema que trataba. La acción se desarrolla en un pasado muy remoto, cuando las hijas del griego Danao huyen a Argos perseguidas por sus enamorados egipcios. Piden refugio y esto proporciona el tema principal de la obra; resulta un grave peligro para los argivos concederles asilo, pero lo discuten en la Asamblea y deciden que es justo.
De la trilogía tebana conservamos solamente la última de las tragedias: Siete contra Tebas, en la que se cuenta la lucha entre los hijos de Edipo: Etéocles y Polínices.
Prometeo encadenado es la primera pieza de otra trilogía. Presenta gran simplicidad de léxico y de métrica, se piensa que fue una de sus primeras obras. Debía contar con gran aparato escénico. Prometeo esta castigado en el Cáucaso por haber robado el fuego a los dioses y habérselo entregado a los hombres.